El Doctor Marcos Baca Silva es considerado una piedra angular dentro de la charrería chiapaneca por diversos factores; hombre que llegó a promocionar el deporte que tanto quiere junto a los amigos y familia.
En el libro La charrería tradición mexicana en Chiapas, cuya autoría es de Enrique Márquez Paniagua, que salió a la luz en el 2016 en el marco del Campeonato Nacional Chiapas, cuenta los pasajes de la Leyenda Charra que es hoy en día el médico Baca Silva.
Dicho personaje nace en la Ciudad de México, proveniente de una familia charra de Hidalgo; desde pequeño portó el atuendo charro y su familia lo incursionó en la charrería, su familia asistía con regularidad a las instalaciones del Rancho del Charro, sede la primera Asociación de Charros que se fundó en México en 1922.
Marcos Baca Silva fue invitado a la celebración del cincuentenario de la Asociación Nacional de Charros en 1970 por Don Daniel Goñi, en ese momento, presidente de la agrupación decana de la charrería nacional.
Conserva con estima la Medalla de Oro, emblema de la celebración de los 50 años de vida de la Asociación Nacional de Charros.
En 1960 Marcos Baca Silva se traslada a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde conoce a un charro originario de Puebla, el General Raymundo Cacho, que llegó a dicha entidad a colaborar como hombre de confianza de Francisco José Grajales, quien fuera Gobernador en ese entonces.
Tuvo la fortuna de acompañar en repetidas ocasiones al General Grajales en diferentes cabalgatas a las afueras de Tuxtla Gutiérrez, compartían el mismo gusto por la charrería y la formación militar.
Con el paso del tiempo el General Raymundo Cacho le obsequia un caballo que se adaptaba muy bien a las diferentes suertes charras, con el cual se paseó por el lado poniente de la capital chiapaneca, donde coincide con dos personas que no conocía, pero tenían los mismos gustos por dichos animales.
Estas personas invitan al Doctor Marcos Baca Silva a que se uniera a la recién fundada Asociación de Charros de Tuxtla, en la cual estuvo activo alrededor de 15 años.
Fue presidente de la misma de 1969 a 1971, durante su gestión comienza la edificación de un lienzo charro (el cual no tenían) con madera de segunda mano y postes de telefonía que eran indispensables para levantar el lienzo con sus gradas, es decir, totalmente rudimentario y humilde.
Con mucho esfuerzo y pocos recursos, con el apoyo de los charros, hijos y familiares, lograron edificar el primer lienzo de la Asociación de Charros de Tuxtla, el cual llevó por nombre Esteban Figueroa, que se ubicaba frente al zoológico de Convivencia Infantil.
Durante varios años se organizaron charreadas, eventos, convivios familiares y se formaron charros infantiles y juveniles.
Al convertirse Juan Sabines Gutiérrez Gobernador de Chiapas, solicita a la Asociación de Charros de Chiapas el terreno del lienzo que el Doctor Romeo Rincón Castillejos, como Presidente Municipal de Tuxtla- donó a la Asociación-.
Marcos Baca Silva externa al entonces Gobernador que se quedarían sin lienzo charro al entregar dicho terreno, por lo que se logra negociar que Sabines Gutiérrez los reubique y edifique un lienzo de primer nivel a un costado del recinto ferial para organizar eventos continuos.
Es así como el lienzo humilde se traslada a las nuevas instalaciones de la Feria de Tuxtla.
Por estos hechos y varios más, es como el Doctor Marcos Baca Silva fue pieza angular para el desarrollo y gestión de la charrería capitalina y del estado, ya que también fue presidente de la Unión Estatal Chiapaneca de Charros.
Marcos Baca Silva, radica hoy día en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, alejado del mundo charro, pero muy cerca de los amigos que consiguió a lo largo de más 60 años en Chiapas.